Hoy continuamos con el tema “Amor” y platicaremos acerca de “Por los demás” Mi nombre es Xitla Moreno Fontes y estoy feliz de que sigas con nosotros.
Cuando uno vive atormentado no alcanza a ver claramente el mundo, recuerdo que era una persona que no amaba a nadie mucho menos a mí, si iba al banco me peleaba con la que me atendía, restaurantes, por teléfono, si las cosas no se hacían como yo deseaba no tenía problema en decírselo de la peor manera y hacer sentir mal a los demás. Si no era a mi manera no había manera. El resultado era que vivía en un infierno creado por mí. Cuando estaba con mi familia, vivía entre el miedo de lo que pasaba en casa y el miedo a que les pasara algo a ellos y me quedara sola pero no creo que los amara. Yo creo que no era un tema que hubiera analizado, pero estoy segura de que no amaba, más bien me encaprichaba en tener lo que quería. No quería ni a los animales, plantas ni a nadie.
El momento en que me di cuenta que podía amar, me sorprendió, creo que nunca había sentido amor hasta que nació mi hija mayor, en el momento que la vi sentí algo indescriptible, la amaba más que a nadie, a los 3 años cuando iba a tener a mi hija menor, le preguntaba cada rato al papá de mis hijas, que si iba a amar a esta nueva bebé tanto como amaba a Camila, de jugando me decía que me compraría un amorometro para que lo pudiera medir, muchas veces creemos que el amor se puede dar solo a ciertas personas o cosas, pensamos que se puede agotar y nos limitamos a la hora de amar. Cuando nació Paulina me di cuenta de que el amor es infinito, puedes amar a todos y a todo, nunca se acaba. Y entonces lo empecé a hacer Consciente, cada vez que veía a alguien le veía algo bueno, y enfocaba en querer esa parte de la persona, lo hice por un tiempo, lo recuerdo, a cada persona que vía conscientemente me decía, que amo de él o ella, y así poco a poco se hizo natural el amar a los demás. Esto también me ayudó en mi trabajo como Recursos Humanos ya que empecé a amar lo bueno de los demás, ahora es fácil llego a dar un curso y fácilmente me enamoro de los participantes.
Me di cuenta de que no es necesario gastar dinero para demostrar tu amor, ama a los demás sin esperar nada a cambio sin molestarte. Salgo a correr o andar en bici en una ciclovía que hay frente a mi casa y por ahí pasa mucha gente, saludo a todos y les deseo un buen día, esa es mi versión de amor por los desconocidos el desearles, ¡Un buen día! Y sobre todo sentirlo como lo dices con amor. Claro, al principio me molestaba que algunas personas no me contestaban hasta que dije, yo soy responsable de desearles el bien, y amarlos, como ellos reaccionen es su responsabilidad, ¡yo les seguiré deseando un buen día! Hoy en día todos me saludan o eso es lo que creo, no importa, yo simplemente los amo.
BIBLIOGRAFÍA:
Libro: El algoritmo de la felicidad páginas 239 a 242.
La maestría del amor.